La reforma judicial es básicamente una disputa entre élites políticas
La reforma judicial es básicamente una disputa entre élites políticas. Para decirlo de un modo sencillo: se están peleando los de arriba. Mientras a nosotros, nos toca al parecer, tan solo mirar como se tiran hasta con la cubeta.
La reforma no resuelve todos los problemas del poder judicial. Por ejemplo, no toca las fiscalías o ministerios públicos, ni muchas otras partes o procesos de este poder.
La elección de los jueces representa una sacudida a los intereses y poderes creados e instalados desde hace décadas en el poder judicial. Porque ahí también se hace política, no son actores ajenos a la grilla o a la disputa por los cargos e intereses políticos. Lo reitero: se trata de un conflicto entre élites que se disputan el control del poder judicial.
La elección de los jueces se puede pensar como un mecanismo de rotación de élites, que puede romper ciertas prácticas negativas dentro del poder judicial, pero se requieren otras más profundas en materia de transparencia, rendición de cuentas y de cercanía con la gente.
Por supuesto, MORENA contará con la mayoría calificada en la próxima legislatura, lo que le permitirá tomar decisiones sin tomar en cuenta al PAN o el PRI, pero algunas personas piensan que será así toda la vida, pero se equivocan.
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